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domingo, 22 de agosto de 2010

La magia y las marcas

En un mercado donde las marcas compiten por convertirse en la favorita del consumidor, anunciar las características físicas, funciones y beneficios de un producto a veces no basta para poder captar la atención que buscan. Es aquí donde interviene el "mundo mágico" que crea la marca de acuerdo a su identidad, el mensaje y los valores que transimite, especialmente el valor emocional: la aceptación o rechazo del público objetivo y general. El lenguaje y la estética que manejan se eligen en función de la sensación que quiere provocar: misterio, oscuridad; luz, paz; etc.

De esta manera se introduce lo fantástico en lo cotidiano, incluso llegan a exagerar ofreciendo más de lo que pueden (rejuvenecer inmediatamente, el cuerpo perfecto sin esfuerzo, estilo de vida soñado, etc) para crear expectativa, lamentablemente esto puede volverse en su contra si no satisface al consumidor, lo decepcionará y perderá la confianza.

Tenemos como ejemplo dos comerciales de perfumes: uno de Nina Ricci “Nina” y “Midnight Poison” de Dior. En ambos casos en lugar de informar a qué grupo de esencias corresponde la fragancia (cosa difícil de imaginar) lo que hacen es mostrar lo que la persona desea ser, qué reacciones causará en los demás, el mundo del lujo, la elegancia, la sofisticación y el estatus. Así mismo, el lenguaje visual presenta un mundo onírico para "Nina"con la escenografía, el personaje femenino y la vestimenta vaporosa. Para Dior la propuesta es de un personaje misterioso, atrevido que se convierte en el centro de atención.

Como podemos ver, el mundo fantástico de la marca o producto presenta llega a ser más importante que lo que se vende: somos lo que consumimos.



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